Y si llegaba la hora del almuerzo y ella no estaba, procuraba conservarle la taza de sopa calientita, como para que no la encuentre fría y se culpe por haber llegado tarde. Nunca llegarás tarde mi amor, porque la culpa ha sido solo mía. He preparado la comida antes de tiempo, y las ansias no me las quita nadie, quiero tenerte siempre en casa. Que me hayan echado del trabajo me ha deprimido tanto, que he decido no salir de nuestro hogar y gastarme todos los ahorros que pensaba usar para algún capricho mío.

He pasado un par de horas más pegado a tu lado de la cama, y estoy pensando seriamente en cambiarte de lugar para estar más cerca tuyo. No he dudado ni por un segundo en que ahora que me sobra el tiempo, lo aproveche también en preocuparme más por ti, y puedas repartirme un par de llantos. Nunca lo has hecho tanto como anoche, y con el ultimátum de mis vacaciones forzadas, debí haberte abrazado un poco más.

Las cosas no han estado bien, por eso te tengo la taza calientita, para que te quedes un rato mas, y que en ese intermedio tengas chance de quejarte de algo y lanzar alguna frase nada propia para ti. Porque el estrés es mío, y la depresión es mia, pero me gusta más la forma en cómo te desquitas. Hay algo de ventajoso en eso, anda, vamos desquítate con la estúpida que te trato mal en la oficina, y lánzale una puteada como la que me trague ayer con mi ex “amigo y jefe”.

De todas maneras ahora estoy en casa, arrepentido y colérico como cuando tu llegas en tus días, debí haberle regresado a sus entrañas a ese maldito hijo de puta ex “amigo y jefe”. Mal nacido. ¡Me cagaste! Ahora ella que se ve tan tierna y lista, podría ser mi esposa y ya no lo es mas. Me cagaste con la boda cerca de la playa, el vestido que la hacía un ángel y el bendito anillo que daba fe que ya no era más un hombre dividido.

Pero ella pasa, da un par de vuelta frente a la cocina, y la desnudo imaginándola toda mía sin todo el vestido que nunca comprare, tendiéndola sobre el sofá como si fuera un inmenso arenal, y más allá, la sopa calientita, que me recuerda, por qué es que la amo tanto y por qué me siento tan afortunado de tenerla conmigo, cuando yo debí haber estado en el trabajo.