Y cuando no estoy contigo, te pienso, y empiezo a recordar tus besos, tus abrazos, con tus pequeñas manos que no miden intensidad ni fuerza. ¿Has pasado por mi casa este día?. Seguro que si lo has hecho, y en un ligero asomo tuyo, me hubieras devuelto el alma con una sonrisa. ¿Has vuelto a recorrer la luna esta noche? Yo no lo consigo, y me entretengo en tus historias que parecen más interesantes que las mías. ¿ya te amistaste con los dulces? No me digas que no, porque tengo una caja llena de arcoiris para ti. ¿Y me preguntas como estoy? ¿Qué ha pasado por mi vida ahora sin ti? Casi todo, casi nada. Me he parado en un par de esquinas, siempre esperando que tires de mi mano para cruzar. Y cada vez que paso por algún parque, me vuelvo loco al no saber donde ya te has ido a esconder. Me tienes a mil. Si no fuera por ti, ya me estaría apagando poco a poco. Es que de ti yo tengo nada, y tú tienes mucho. Yo he perdido el alma y tú la tienes limpia y dulce para cuando no puedo dormir. Hoy he querido parecerme un poco a ti. He tratado de tirar de mi propia mano y cruzar repentinamente por la inmensa calle. Me fui a esconder detrás de un árbol, para confundirme, y espantarme a mi mismo. He tratado de asomarme a mi puerta, esperando regalarme una sonrisa. Hoy he querido amarte como lo haces tu conmigo, como herida y sal, como cuando sanas mi alma con tu dulce suspirar.